Una de las novedades que se están presentando en los últimos años sobre turismo veraniego es Croacia. El país adriático es una de las nuevas atracciones para todos los turistas europeos, sobre todo, aunque también para el petródolar árabe. Marbella, la Costa del Sol, Costa Dorada... cada vez está perdiendo más fuelle y Croacia gana terrenos a pasos agigantados.Sólo hay que disfrutar de las imágenes que ofrece Croacia, que tiene mucho que contar en la historia del Mediterráneo, de Europa, a pesar de todas las guerras y malas artes que se han instaurado en las últimas décadas en su tierra.
Es más, algo se podría aplicar a todo esto, como que las campañas para promocionar y renovar la imagen del país por parte de sus gobernantes son mucho más efectivas y concluyentes que las de otros, como por ejemplo, España. Es justo confesar que las campañas emprendidas en televisiones, radios y demás medios por parte de los coratas ha surtido efecto. Así, de este manera, desde la Oficina Nacional de Turismo de Croacia se ha logrado difundir una nueva imagen de los croatas.
Sus apuestas, la romántica y amurallada ciudad de Dubrovnik, ciudades con pasado histórico como Pula que presume circo romano, exóticas ciudades como Split y Sibenik, y la belleza genuina de sus parques naturales y minúsculas islas accesibles desde las ciudades costeras. Eso y el precio, que parece que es más accesible al que acostumbramos a pagar en otros puntos costeros.
“Todos los que busquen el paraíso terrenal que vengan a visitar Dubrovnik” escribió en una ocasión George Bernard Shaw, maravillado por la ciudad cuyas intactas murallas se encuentran bajo la protección de la UNESCO. Éstas se extienden en forma continua a través de 1940 metros de longitud y ciñen la sin igual ciudad que, con todo mérito, ha sido llamada “la perla del Adriático”.
Ubicada en la parte más meridional de Croacia y durante siglos, heredera de nobles obras realizadas por los mejores arquitectos y artistas, bajo la influencia del cálido clima mediterráneo en el que además de la vegetación mediterránea se pueden cultivar plantaciones subtropicales entre las que podemos mencionar los aromáticos limoneros, naranjos y árboles de mandarinas, así como las espléndidas palmeras y magueyes que adornan los parques públicos y los jardines floridos de los palacios medievales de piedra, así como sus silenciosos y humildes conventos.
Fuente: El correo digital
