27 de enero de 2010

Nicola Tesla: creador de terremotos y víctima del imperio

Los libros se han encargado de esconder a Nikola Tesla como la vergüenza de que el mayor científico de los tiempos haya querido un mundo donde la energía llega gratis a todos los rincones del planeta.

Soy de los que creen en la imaginación, en la sospecha ilimitada, en lo inimaginable como posible, quizá de esa condición ha nacido en mi, desde hace más de dos años, la intriga sobre los crímenes climáticos, los que he denunciado como un posible manejo del hombre en manos del imperio capitalista. "el niño” como un infante creado como excusa que ampara una demoníaca realidad oculta: las armas que crea este imperio infernal del dinero al apoderarse de los conocimientos de los hombres sobre lo fenomenológico. No son pocas las descalificaciones y señalamientos sobre mi, desde los insultos de costumbre hasta recomendarme asistir de nuevo al psiquiatra por ser estos escritos producto de mi adicción a las drogas. Si se me atacaba era porque a alguien le molestaba e irritaban mis sospechas.

Los terremotos sucesivos ocurridos en Haití, apuntaban mis denuncias sobre ese nido de escorpiones que el imperio denomina Haarp, ubicado en Alaska y donde se desarrollan desde 1.999 las armas climáticas que he venido denunciando.

Una supuesta alarma de la armada rusa con el mismo criterio acerca del origen de estos sismos y su relación con la cuarta flota dio más peso a quienes sin conocernos, quizá llevados por la misma energía, hemos estado haciendo estas denuncias e hizo que los lectores aumentaran y que nuestra denuncia le diera la vuelta al mundo. No supe más de la denuncia rusa, Putin, quien supuestamente fue el autor, calló para siempre. ¿por que? Rusia también maneja estas “tecnologías”. Hace años que se nos dejó de informar los avances de la ciencia, creo que desde que se camino sobre la Luna, la ciencia paso de nuevo a ser un territorio secreto.

El fenómeno de “el niño y la niña” engendro irracional para culpar a la capa de ozono sobre sus prácticas sobre nuestro clima y nuestra atmósfera, comenzó a ser sospechoso. El deslave de Vargas, cerca de las elecciones donde triunfó Hugo Chávez Frías en Venezuela, las inundaciones en Bolivia cuando Evo, el terremoto en China o en Irán, la sequía actual en Venezuela y los sismos ocurridos en Haití ya forman parte del dossier de las sospechas sobre Haarp.

Asumir las denuncias con capacidad de investigación me lleva a traerles hoy este nombre: Nicola Tesla. Nacido en Croacia y finalmente radicado en Estados Unidos Nicola Tesla es un talento oscurecido y temido. Jamás vi su nombre o su foto en los libros de texto de secundaria en donde Tomás Alba Edison y Marconi aparecían resplandecientes con las ideas robadas a este genio. Hay que dedicarle más tiempo para desempolvar esta figura tan lustrosa que terminó opacado por sus inferiores rivales, por la envidia de quien no solo no es capaz de admirar el talento ajeno sino que decide explotarlo y rentar con sus creaciones.

Se aparece este genio en mi escritorio, quizá su alma grita desde cualquier dimensión que solo su capacidad extraordinaria conoce, para que reclame al mundo entero el lugar que le corresponde. Invito a todos a revisar sobre este hombre, que en sus años, cuando llegó a este mundo, invento la luz eléctrica y la radio y fue despojado de su titularidad sobre estos inventos, que fue explotado por George Westinghouse, vilipendiado y tildado de loco por sus extraordinarias ocurrencias, el inventor de la corriente trifásica, entre otras cosas y quien decíase que venía del planeta Venus, que pretendió iluminar el desierto de Sahara y para ello logro encender con electricidad inalámbrica cuarenta faroles a más de 4 kilómetros de distancia (hasta ahora no logrado por otros) y que según encontré en mis lecturas, logró crear un sismo, sentado en su escritorio.

Así como Edison y Marconi le plagiaron la electricidad y la radio inventados por él, de igual forma el imperio hoy, basado en el genio robado a Nicola Tesla, arremete contra Haití en su guerra climática.

Aquí les anexo esta parte, muy bien redactada por Carlos Salazar, para que en sus palabras escuchemos este relato sobre el inventor de los terremotos dirigidos, aclarando a todos que cuando Tesla falleció, luego de una vejez llena de ingratitudes y penurias, de hotel en hotel sin tener como cancelar las cuentas, el departamento de estado secuestró todos sus escritos, que hasta el día de hoy no se han desclasificado, leamos lo que nos cuenta Carlos Salazar sobre Nicola Tesla:

Más estresado que el vecino de Tesla
Durante los veinte años siguientes realizó un gran número de descubrimientos que suenan a ciencia ficción extravagante. ¿Es imaginable una máquina para producir terremotos que, de paso, puede controlar el clima y crear lluvias torrenciales, sequías y tsunamis a voluntad dónde uno ponga el dedo?.

Lo cierto es que Tesla probó un terremoto a escala al conseguir la frecuencia de resonancia en su cuadra y casi derribar el edificio donde vivía. Durante el sismo, sus vecinos lo sorprendieron tratando de apagar un enorme máquina a golpes. A diario, desde su taller, salían enormes relámpagos y truenos que en ocasiones podían escucharse a más de 35 kilómetros de distancia. Experimentos que eran la base para transmitir electricidad lejos y sin cables.

Tesla pudo encender 20 ampolletas a 40 kilómetros de distancia sin necesidad de cables, desarrollar lo que 50 años más tarde sería el rayo láser y generadores eléctricos que extraían energía de la tierra y la atmósfera. Él sabía que el movimiento del planeta genera una cantidad de electricidad ilimitada que reposa sobre nuestras cabezas a diario.

En 1901 inició la construcción de Wardenclyffe, una enorme torre de 65 metros con un terminal esférico de 20 metros de diámetro que aprovechaba las inmensas vibraciones eléctricas del planeta para conseguir energía ilimitada de la tierra y a bajo costo, la cual sería transmitida gratuitamente a todo el mundo lo que le valió el desprecio de la comunidad científica y los inversionistas, que ya le habían adelantado dinero para su megaproyecto. Wardenclyffe se funó a mitad de su construcción.

Cinco años antes, George Westinghouse, cabeza de la compañía de electricidad del mismo nombre compró muchas de las patentes inventadas y por inventar por Tesla para no desclasificarlas jamás en pro del lucro y evitar que tecnologías como los rayos X, el láser, el tubo fluorescente, el radar y la electricidad fueran gratis para el mundo. Por su parte, Edison encontró ayuda en ricos conglomerados que protegían la corriente continua patentada por el norteamericano, incluso con ayuda de gobierno que prohibía por ley el desarrollo de investigaciones sobre la corriente alterna de Tesla. Incluso, Tesla fue perseguido por "agentes" que destruían sus creaciones.

Viejo, triste, pero satisfecho de su obra, don Nikola acabó sus días sin apoyo de ningún tipo. Desde Croacia recibía una pensión del gobierno que no fue suficiente para sacarlo de la miseria e infelicidad en que falleció el año 1943.

Hoy, Tesla es un prócer que sale en los billetes de 100 dinares en Serbia como un genio al que se le ha negado todo reconocimiento a lo largo de la historia. Hace un par de años, Christopher Nolan (director de "Memento" y el último revival de Batman) vistió a otro extraterrestre como David Bowie en el rol del científico para la película "El gran truco".

En una espectacular escena en que lo presentan como un extraño científico al que un mago acude en busca de ayuda. En el encuentro Tesla le confiesa apesadumbrado: "La búsqueda del hombre supera su valentía: La sociedad puede tolerar sólo un gran cambio a la vez. La primera vez que intenté cambiar el mundo me saludaron como a un visionario. La segunda, me pidieron cortesmente que me jubilara".

Desde entonces se desclasificó la existencia de Nikola Tesla para la gallada, que lo alzó como icono en facebook y páginas web dedicadas a revelar el complot contra el croata. El gobierno norteamericano desclasificó parte de sus notas y patentes, pero no las más relevantes. Los mismos grupos paranoides -con algo de sentido- especulan que el ingenio de Tesla es ocupado hoy como tecnología militar y espacial sin entregarle crédito ni el uso original que el menoscabado físico intentó darles a sus proyectos. Entre ellos se menciona el "rayo de la muerte", una aplicación bélica para sus estudios electromagnéticos.

Sin ir más lejos, el mismo doctor House, de la serie homónima, también le presta ropa al científico en uno de los primeros capítulos de la cuarta temporada donde deja ver un rayado de pizarra que reza "¡Tesla fue robado!"

Raul Bracho en Kaos en la Red

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