La Guardia Vaticana, que se conserva, tiene este origen.
Otra de las regiones pobres que proporcionaron soldados, concretamente a Francia, fue Croacia. Durante los reinados de Luis XIII y Luis XIV los soldados croatas formaron varios regimientos en Francia. Llamaba la atención su peculiar indumentaria, sobre todo una especie de pequeña bufanda que llevaban al cuello que se llamó en un principio "croata", y que luego, al formarse un regimiento singular, llevaba el nombre distorsionado de "Royal Cravate" con el que fué conocido el atuendo especial de su bufanda. Los elegantes de la época copiaron la prenda, adaptándola a su vestimenta habitual, pero fué a finales del s. XVIII, y sobre todo en el XIX, cuando la corbata adquirió gran preponderancia.
Lo que hoy es una tirita de varios colores era entonces un lienzo que daba varias veces la vuelta al cuello. Hay que recordar que entonces los cuellos de las camisas eran muy altos, llegando a veces a cubrir las orejas, por lo que anudar una corbata era más difícil que hoy en día.
Existían diversas clases de nudos, tantos que Balzac pudo escribir un libro titulado "El arte de anudar la corbata".
Georges Brummel, el árbitro inglés de la elegancia, conocido como "Le beau Brummel", hacía de la operación de anudarse la corbata todo un espectáculo. A ella asistían a veces sus amigos, y entre ellos el Príncipe de Gales. Un criado llevaba colgadas del brazo diez o doce grandes corbatas que Brummel iba ensayando una tras otra hasta que conseguía el nudo y el efecto perfecto. Cuando terminaba, el suelo estaba cubierto de corbatas desechadas. que los criados se encargaban de recoger.
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