27 de mayo de 2010

Samobor – La ciudad de los disfraces

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Samobor, ciudad en la parte noroeste de Croacia ubicada en la frontera con Eslovenia y no lejos de la metrópoli croata – Zagreb, ya casi dos siglos mantiene la tradición del carnaval. El carnaval de Samobor o Samoborski fašnik está entre las celebraciones carnavalescas croatas más antiguas y más grandes que se ha convertido en un festival moderno, el símbolo distintivo de la ciudad y en un tipo de patrimonio cultural. Se trata de un evento turístico-recreativo que en los últimos años ha sido visitado por alrededor de 200.000 personas.

El más grande y el más antiguo en la parte continental de Croacia, el carnaval de Samobor es un lugar para la diversión, la alegría, la sátira y la crítica social. En pocas palabras, es un lugar de purificación y la esperanza de que al quemar los muñecos se limpiará todo lo que estuvo mal y que el nuevo año será mejor y más justo.

En Samobor durante el carnaval la gente se disfraza, pero también la ciudad puesto que sus calles, plazas y locales por completo cambian sus fachadas. Durante esos días la ciudad, por cierto el destino de fin de semana preferido de los zagrebienses, es más alegre por los juglares, mimos, payasos y músicos de la calle que todos los días soberanamente gobiernan en las calles de Samobor. Además de la serie de talleres, conciertos y acrobacias circenses ni a los más pequeños no se les olvida pues cada sábado y domingo como parte del Carnaval de los Niños las calles de la ciudad se convierten en Srakino šetalište (Paseo de la Urraca), un espectáculo para los niños.

Entre enero y febrero se realizarán 184 desfiles. Como siempre, se empezará con la proclamación de la República Libre del Carnaval y se hará la solemne entrega de las llaves de la ciudad que el alcalde hará al príncipe Fašnik (carnaval) y durante unos 20 días gobernará con su séquito.

Todo empezó en los años 20 del siglo XIX. Los pocos documentos escritos de la época muestran que en las calles del entonces pequeño Samobor se realizaban festividades de carnaval y que en la magistratura de la alcaldía se llevaba acabo un baile de máscaras. En el Museo de Samobor se conserva, por ejemplo, el acta de la asamblea del Consejo Municipal de 1828, donde un propietario local busca que se le alquile la sala para un baile de carnaval, con la advertencia de que ya lo había usado un año antes. Esto es justamente el primer documento escrito sobre el carnaval de Samobor donde es obvio cómo ya se realizaba en 1827.

A comienzos del siglo XX, la ceremonia del carnaval experimentó unos cambios asombrosos siendo así que en 1906 se inserta la función del príncipe del carnaval vivo que en el estrado, con la presencia de los jueces del carnaval, el martes graso enciende la hoguera. Por supuesto, el tradicional muñeco de trapo, un muñeco que al final se quema, forma parte del carnaval desde sus inicios hasta ahora. En la región de Samobor en el martes graso se prepara un almuerzo de celebración, mayormente pavo con mlinci (una especie de pasta), que se acompaña con vino, y como postre se sirven donas.

El carnaval desde 1904 tiene su voz oficial, el diario “Sraka“. Cada febrero “Sraka“ es el verdadero barómetro de los acontecimientos sociales e indicador de la situación política de su tiempo. Desde la época de la monarquía austro-húngara, pasando por el estado de Yugoslavia, hasta la Croacia moderna, el periódico del carnaval ha registrado el tiempo y las costumbres, ironizando a las autoridades con su humor e ironía.

La Segunda Guerra Mundial puso un alto a la realización del carnaval de Samobor y la tradición fue retomada el año 1965.

La tradición carnavalesca encuentra sus raíces en el cristianismo. En el siglo IX, en el tiempo de Grgur Ninski, se establecieron medidas religiosas que preveía que el lunes y el martes, vísperas del Miércoles de Ceniza, se ayunaba. El domingo que precedía al miércoles de Ceniza se llamó en latín Dominica Carnis privii o el domingo sin carne, y el pueblo para simplificarlo lo llamó carneval o en su traducción “abandonar la carne“, sin carne. Alrededor del siglo XV el ayuno en los círculos más grandes fue cambiado por una costumbre totalmente contraria – mucha comida, diversión, bebida y disfraces bajo los cuales todo es permitido. Así nació la alegría del carnaval. La palabra “poklade en croata viene de “klasti“ o disfrazarse, ponerse un disfraz. Fašnik, sin embargo, viene del término para el martes de carnaval que en el antiguo Zagreb le llamaban “fašenk“.

Samobor, además del carnaval, ofrece muchas otras atracciones turísticas, y es conocido también por la artesanía. En las cercanías de la ciudad se encuentran las montañas Samobor y de Žumberak que ofrecen una gran riqueza natural, monumentos culturales y religiosos, yacimientos arqueológicos, senderos de montaña, carriles bici, refugios y restaurantes, en los cuales puede disfrutar de la rica gastronomía, basada en antiguas recetas, de entre las cuales se destaca el cordero a lo žumberački, truchas y carne de caza.

Finalmente una recomendación a todos los que visiten Samobor – prueben de todas maneras la kremšnita (un tipo de pastel de crema) de Samobor, probablemente la única kremšnita que se come mientras está tibia. Este postre popular se ha convertido en una tradición y uno de los símbolos distintivos de la encantadora ciudad a 20 kilómetros del centro de Zagreb.

Fuente: Oficina de Turismo de la Provincia Zagrebačka

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