24 de octubre de 2010

Lengua y Literatura Croata


Lengua. Pertenece a la familia de lenguas eslavas meridionales. Es hablada por los croatas, en el sur de Hungría, Austria (Burgenland), Checoslovaquia e Italia (Molise); por los musulmanes de Bosnia, que a finales del s. XIX emigraron a Turquía, y por los emigrantes croatas en EE. UU. (más de medio millón de personas), Chile, Argentina, Canadá y Australia.

La lengua literaria croata actual procede del dialecto sto e ije, tal como se habla de Dubrovnik y Herzegovina.
El primer documento escrito en lengua croata es Piedra de Baska (1100), en cuyo texto se nota todavía alguna influencia del antiguo eslavo eclesiástico (v. ESLAVOS IV), que pronto fue penetrado por los elementos de la lengua viva popular, de modo que influyó únicamente en la liturgia y en los textos eclesiásticos. Los primeros textos en lengua popular datan de los S. XIII y XIV.

El más antiguo alfabeto croata es la glagoljica, o escritura glagolítica (v.), usado en toda C. hasta la aparición de la imprenta; luego sólo en la Iglesia. La república de Dubrovnik, en su correspondencia con los países balcánicos, a menudo se servía de la escritura (v.), mientras que la parte central de Dalmacia y Bosnia empleaban la bosancica, variante occidental y croata de la cirílica. A partir del s. XIV, se emplearon también los caracteres latinos adaptados a la fonética croata. (Para características lingüísticas, V. SERVIA IV).

Literatura. Edad Media. Los croatas conservaron, dentro de la Iglesia romana, la lengua vernácula en la liturgia, por eso desarrollaron muy temprano una literatura nacional. Las primeras obras nacen en la costa adriática para la Iglesia. Al mismo tiempo, procedentes del Oriente, aparecen varios escritos apócrifos y leyendas. El más antiguo leccionario data del s. XIV, y el primero impreso en caracteres latinos es Lekcionar fra Bernardina Spliéćanina (Leccionario de fray Bernardino Spalatense), 1485. Se escriben también obras de carácter profano y didacticomorales.
Los orígenes de la poesía croata no están claros. El papa Alejandro III, al entrar en la ciudad de Zadar en 1177, es saludado con cantos croatas. Los más antiguos versos se remontan al s. XIV. Junto a esta poesía religiosa, se desarrolla otra profana y popular (segunda mitad del s. XV), así como numerosos Prikazanja o Skazanja (misterios o autos), de finales del mismo siglo.

Humanismo y Renacimiento. En la encrucijada de estas corrientes está la gran figura de Marko Marulić (v.). Sisko Mencetić y Dzore Drzić son los primeros petrarquistas croatas y autores de grandes cancioneros de lírica amorosa. El abad benedictino Mavro Vetranović Cavcić es el más fecundo y polifacético versificador de su tiempo. Hanibal Lucić, traductor de Ovidio y poeta lírico, es autor de Esclava, primera comedia croata con argumento profano. Petar Hektorović escribe epístolas literarias y un poema idílico, La pesca y charlas de pescadores. Petar Zoranić (1508) es autor de la primera novela, Montañas, original y altamente patriótica. Marin Drzić es uno de los mayores comediógrafos, con obras de carácter pastoral y plautiano. En Dubrovnik trabajan el petrarquista Dinko Ranjina y el fino lírico bembista Dominko Zlatarić, traductor de Sófocles, Ovidio y T. Tasso. Las guerras turcas, constante de la literatura croata, son argumento de varias obras poéticas e históricas.

Siglo XVII. La reforma católica contribuye poderosamente al florecimiento de la literatura croata, que en el s. XVII alcanza un gran desarrollo. La creación literaria, antes limitada a la costa adriática, se extiende a todo el territorio nacional. Se hace portavoz de ideas universales, unificación de los eslavos, liberación de los cristianos del yugo otomano y unión de los cristianos orientales con Roma. Esta nueva orientación misional es, principalmente, obra de los jesuitas que empiezan a educar a la juventud croata.

En Bosnia, poetas croatas musulmanes influidos por la poesía oriental crean una obra popular, lírica y épica que se hizo notar en la expresión artística, incluso de los cristianos. En Dubrovnik y Dalmacia la poesía barroca alcanza en este siglo su más alta perfección formal y estilística. En el centro de esta poesía barroca y católica está Ivan Gundulié (v.), el mayor poeta de la antigua literatura croata; su coetáneo, Ivan Bunić Vucić, destaca por su lírica profunda y original. Fecundo continuador de Gundulić, es Junije Palmotić, que escribe en verso melodramas mitológicos, algunos impregnados de espíritu patriótico. En el norte, el ban de C., Petar Zrinski, traduce en versos libres la epopeya La Sirena del mar Adriático (1660). Pavao Ritter Vitezović, historiador, grabador, editor e impresor, lexicógrafo y poeta, da impulso para unificar la ortografía y el lenguaje literario.

Siglo XVIII. La mayor parte del territorio nacional es liberado de los turcos. Al lado de un barroco tardío y de un neoclasicismo, irrumpe el racionalismo y la Ilustración y, en los últimos lustros, hacen su aparición las ideas de la Revolución francesa. La literatura pierde en parte su carácter aristocrático, y gana en valores populares.

En este periodo de transición destaca el último gran poeta de Dubrovnik, Ignjat Gjurgjević, autor de Suspiros de Magdalena la penitente (1728). El fraile franciscano Andrija Kacić Míos es el poeta croata más popular, y su libro Conversación amena del pueblo eslavo (1756) tiene una profunda repercusión en la elevación del espíritu patriótico. Se trata de una vasta crónica de los pueblos cristianos de los Balcanes, en primer lugar de los croatas, escrita en verso y en prosa al estilo del romance popular. Al mismo tiempo nace en el nordeste de C. (Eslavonia), una literatura totalmente popular de marcada tendencia racionalista, cuyo principal representante es Matija Antun Reljković, con la obra en verso Sátiro o el hombre selvático hablando en verso a los eslavones (1762). Matija Petar Katancić, adversario de los racionalistas, es autor de poesías latinas y croatas en metros clásicos (Fructus auctumnales, 1791). Tito Brezovacki, poeta político y comediógrafo, evoluciona y perfecciona el llamado «teatro jesuítico». Además del drama San Alejo (1786), escribe dos comedias muy celebradas, Matías el estudiante nigromante (1804) y Diógenes o el criado de dos hermanos extraviados (1823).

Siglo XIX. Resurgimiento y romanticismo. Nnecesita modernizarse y realizar su unidad política y cultural. En esta época se amplían los horizontes intelectuales y artísticos de los escritores que toman contacto con el romanticismo europeo, distinguiéndose por su tendencia patriótica y su combatividad en la exaltación de los valores nacionales y del amor.

La auténtica poesía romántica empieza con Stanko Vraz. Ivan Mazuranić, poeta y político, es autor de La muerte de Smailaga Cengic (1846), uno de los más perfectos poemas épicos de la literatura croata, en el que armonizan sus tres principales elementos constituyentes: cultura clásica, tradición histórica de la lucha secular con los turcos en favor de la libertad y la fe cristiana. El poeta más universal del resurgimiento es Petar Preradović; espíritu lírico, reflexivo e idealista, cree en el perfeccionamiento de la humanidad, en el porvenir mejor de su pueblo y, en general, de los eslavos, interpretando las ideas filosoficorreligiosas del romanticismo sobre la redención y renacimiento del género humano. En la época de transición, que en grandes líneas va desde 1850 a 1881, se consolidan los resultados positivos del resurgimiento, el romanticismo produce sus mejores frutos y empiezan a aparecer los primeros fenómenos del realismo (v.).

La poesía, más perfeccionada, cede su primacía al cuento y a la novela con argumento histórico. Destaca en este periodo el poetaartista Luka Botić, que en sus poemas románticos Confraternidad (1854), La desgraciada Mara (1861) y Petar Bacić (1862), lo mismo que en su única narración en prosa Dilber Hasan (1854), describe el trágico amor y el conflicto entre los miembros de distintas confesiones (católicos, musulmanes y ortodoxos), pero hijos de un mismo pueblo, pregonando la tolerancia entre los hermanos. Concluye este periodo, apuntando ya hacia el naciente realismo, August Senoa, figura central de la vida literaria en la segunda mitad del siglo, como poeta, novelista y crítico. Es un poeta plenamente inspirado en los temas nacionales, hábil narrador de leyendas populares y relator animado de escenas dramáticas con gran sentido rítmico y musical. La novela histórica y el cuento costumbrista son los campos genuinos de su creación literaria. En sus novelas históricas El oro del orfebre, Guárdate de la mano de los Uscoques de Senj, Rebelión de campesinos, Diógenes e Interdicto, con grandiosos cuadros de los más importantes momentos de la vida nacional, prevalece aún el romanticismo, mientras que en otras novelas y cuentos costumbristas se muestra realista.

Realismo. Teóricamente lo anuncia Senoa, pero lo desarrolla la generación siguiente, introduciendo cada vez más elementos del naturalismo (v.) francés, del verismo (v.) italiano y del realismo ruso. Prevalece la novela, primero social, seguida por la psicológica, que con gran criticismo reseña la vida del país en el periodo en que se produce la decadencia de los señores feudales y la elevación de la burguesía, analizando la suerte de los intelectuales entre los tensos problemas políticos, económicos y sociales, y sobre todo, la transición del campesinado a la burguesía. Los principales representantes del realismo son: Evgenij Kumicić, introductor del naturalismo de Zola, con las novelas sociales Olga i Lina, La albahaca de Helena, Sepulcros blanqueados, Señora Sabina, etc., y dos grandes novelas históricas, Conjuración de Zrinski y Frankopan, situada en el s. XVII, y Reina Lepa, en el s. XI. Ante Kovacić dibuja la proletarización del campo y el penoso proceso evolutivo de los hijos de campesinos hacia más elevadas posiciones sociales. Ksaver Sandor Gjalski, el más fecundo escritor del realismo atiende a la belleza de las tradiciones y del paisaje croata en el momento de la decadencia de la nobleza rural (cuentos: Bajo los viejos techos) y retrata posteriormente la nueva sociedad (la novela En la noche). Josip Kozarać contempla fríamente la vida en el campo de la potencialmente rica, pero abandonada C. llana (Eslavonia), en las novelas Capitales muertos y Entre la luz y la tiniebla. Vjenceslav Novak dedica su interés a los más humildes y pobres estratos del litoral croata, al proletariado obrero de la gran ciudad y a los intelectuales que no aciertan en sus profesiones (novelas: Pavao ~egota; Pod Nehaem; Los últimos Stipanéisi, Dos mundos; Tito Doréis). El gran poeta de este periodo, Silvije Strahimir Kranjéević, heraldo de la libertad, de la justicia y del trabajo, expone la contradicción entre los ideales y las posibilidades de realizarlos. Su poesía está llena de un dolor cósmico y sarcasmo; es pesimista, pero siempre mantiene alguna esperanza.

Del modernismo a nuestros días. A finales del s. xix aparecen nuevas ideas sobre el concepto del arte, dando lugar a un nuevo movimiento literario, contrario al naturalismo, que se caracteriza por la rebelión de los «jóvenes» contra los «viejos». Denuncian aquéllos el carácter provinciano y tendencioso en la novela y el verbalismo patriotero en la poesía de los «viejos», mientras que éstos acusan a los «jóvenes» por su libertad sin freno en la creación literaria y la falta de respeto por los principios éticos. La polémica dura 10 años y en ella se purifican los criterios artísticos, llegándose a las nuevas corrientes modernistas, el neorromanticismo, el simbolismo (v.) y el decadentismo, que se suceden con gran rapidez, para cambiar casi por completo la fisonomía dé la literatura croata en sólo 15 años. Los mayores éxitos se consiguen en la lírica, donde se impone el verso libre, luego en la novela corta, en el ensayo y la crítica. Los principales teóricos del modernismo son Milivoj Dezman Ivanov, crítico y periodista, defensor del «arte por el arte»; Branimir Livadić, narrador, crítico literario y teatral; Milan Marjanović, seguidor de H. Taine, SainteBeuve y Brandes, y Milutin Cihlar Nehajev, crítico, ensayista, novelista y dramaturgo.

Ivo Vojnović, poeta, novelista y dramaturgo, es uno de los «viejos» que se adhiere a los «jóvenes», pasa del realismo al verismo, simbolismo, decadentismo y expresionismo, dejando obras de gran valor sobre la decadencia de su ciudad natal, como Trilogía de Dubrovnik, y varias dramatizaciones de romances populares, en su tiempo muy apreciadas. Antun Gustav Matos, poeta, ensayista, narrador, crítico y periodista, estilista de gran plasticidad, es quien más contribuye a acercar la literatura a los modelos europeos, ejerciendo una gran influencia sobre sus contemporáneos y generaciones posteriores. Vladimir Vidrić exquisito y sencillo poeta del paisaje, especialmente del español, del paganismo y del amor. Dragutin Domjanić, embajador en Madrid, es autor de íntimas poesías, excelente traductor de Verlaine y Puschkin. Milan Begovic, sensual en su poesía amorosa y lleno de fuerza vital, cultiva la novela y sobre todo el teatro (Si yo supiera, representado en Madrid), donde refleja ideas de su tiempo. DinkoSimunović, de Dalmacia, describe la vida patriarcal de su país. Muy fecundo y polifacético es Vladimir Nazor que, en verso y prosa, canta la Naturaleza, la fuerza vital y la libertad. Milan Pavelić, jesuita, es el más destacado poeta católico de esta época. Ivana Brlié Mazuranić escribe para niños cuentos fantásticos y reales de gran belleza, resucitando viejas leyendas eslavas, que encontraron aceptación entre los adultos y se hantraducido a lenguas extranjeras (Cuentos del pasado lejano).

En 1914 una nueva generación de poetas salidos del círculo de Matos se presenta con su antología colectiva Lírica joven croata, que señala un importante hito en el desarrollo de la moderna poesía. Sobresalen en este grupo Ljubo Wiesner y Tin Ujević, este último el más profundo poeta y original ensayista. Sus obras poéticas son: Lamento de un plebeyo, Medalla y Campana afligida. En la guerra este grupo se dispersa, e Ivo Andris (v.), premio Nobel en 1961, se pasa a la literatura servia. En el derrumbamiento de tantos valores, nace un espíritu revolucionario. Los jóvenes buscanafanosamente nuevas formas de expresión siguiendo los movimientos contemporáneos de Europa. Otros, al servicio de ideas políticas, sueñan con la unión yugoslava y luchan por la redención de la humanidad oprimida y la justicia en el mundo entero. Los movimientos literarios de la posguerra son de breve duración; únicamente el expresionismo (v.) deja huella duradera, especialmente en la lírica (Antun B. limié) y en el teatro (Josip Kulundzić, Kaiman Mesarić y Ahmed Muradbegović). El expresionista Djuro Sudeta es el mejor poeta católico croata.

Al expresionismo pertenecen asimismo las primeras obras poéticas y dramáticas de Miroslav Krlea (v.), marxista y revolucionario, la figura más importante de la época entre las dos guerras. Como eco de la guerra nacen sus novelas cortas en la colección Dios Marte croata (1922), donde se ve sufrir y morir a los sencillos soldados por causas que ellos no entienden. A partir de 1928, Krlea escribe un gran ciclo de dramas, novelas, cartas y fragmentos críticos sobre la decadencia y el trágico fin de una rica familia burguesa. Con su análisis social y psicológico y sus audaces polémicas, Krleía crea un estilo propio y un nuevo lenguaje literario, rico, incisivo y penetrante. Sus obras más importantes son: En la agonía, Los señores de Gemblay, Retorno de Felipe Latinovicz y Banderas. August Cesareć, marxista, después de una breve época expresionista, deja las siguientes novelas: El reino del Emperador y El joven de oro.

Superado el expresionismo, en los años treinta y cuarenta la literatura croata alcanza su madurez, con una gran perfección formal y estilística, así como la hondura en el análisis psicológico y social. Los más notables representantes de la lírica íntima, personal y hogareña son Frano Alfirević, Dobrisa Cesaric (1902) y Dragutin Tadijanović (n. 1905). La prosa narrativa se interesa generalmente por la vida familiar y social del campo, y, en menor grado, por la problemática interior del intelectual o del hombre de negocios. En la novelística son autores representativos, Mile Budak, autor de la grandiosa epopeya Hogar (1938); el humorista Slavko Kolar, conocido por las narraciones Nosotros queremos la justicia; Sida Koáutic, autora de finas poesías y de la magistral novela De nuestros campos; Ante Bonifaéié, Alija Nametak (n. 1906) y muchos otros.

En la II Guerra mundial muere el joven poeta de gran talento Ivan Goran Kovabic, muy celebrado por su poema Fosa; y en la revolución comunista de 1945 también pierden la vida algunos escritores, mientras que otros eligen el exilio. Aparece en el país una nueva promoción de escritores y poetas que empieza bajo el signo del realismo socialista, mientras los autores de la anterior época, llamada «burguesa», permanecen inactivos, hasta que una cierta liberalización en la vida cultural crea, otra vez, más posibilidades para escribir y publicar con notable independencia. La producción literaria en la década de los 60 es abundante y muy variada por su temática. En ella se dan a conocer los nombres de Petar Segedin (n. 1909), Mirko Botic, Ranko Marinković (n. 1913), jure Kastelan (n. 1919), Ivan Raos (n. 1921), Boro Pavlović (n. 1922), Joja Ricov (n. 1929), Zlatko Tomičić (n. 1930), Mesa Selimović y otros, mientras que en el exilio se forman definitivamente las originales personalidades poéticas de Viktor Vida (191360) y Lucijan Kordid (n. 1914).

Hay que añadir, a Vladimir Nazor, veterano luchador por la libertad, y al dramaturgo Marían Matković. Entre los que han emigrado se hallan Alan Horić, Raimundo Kupareo, Ivo Lendić, etc.

Pablo Tijan.

BIBL.: M. Kombol, Povijest hrvatske kniilevnosti do narodnog pre,poroda, Zagreb 1961; S. JEilé, Hrvatska kniiz evnost od pocetka do danas, 11001941, Zagreb 1944; A. BARAC, Hrvatska knjii evnost od preporoda do stavarania lugoslavije, Zagreb 195460.

Fuente: http://www.canalsocial.net/

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