En el carnaval de enero, grupos de campanilleros recorren los pueblos diseminados por la región de Kastav, situada al noroeste de Croacia. Vestidos con pieles de cordero y tocados con sombreros característicos adornados con ramitos verdes, los comparsas se pavonean con sus campanillas a la cintura en grupos de dos a treinta, siguiendo los pasos de un guía portador de un arbolito de hoja perenne. Animan su marcha moviendo rítmicamente las caderas unos contra otros y dando brincos al aire. Los grupos comprenden a
veces personajes bufos, como un “oso” travieso que burla sistemáticamente la vigilancia de sus dos “guardianes”. Cuando llegan a un pueblo, los comparsas se agrupan en círculos concéntricos en la plaza de éste, tocando sus campanillas hasta que los vecinos les dan comida y albergue antes de seguir su periplo. Al final del carnaval, los campanilleros retornan a sus pueblos respectivos y recogen las basuras de todas las casas, quemándolas delante de ellas. Todos los presentes asisten a este ritual. La fiesta de los campanilleros del carnaval anual, que presenta variantes características en cada pueblo, contribuye al estrechamiento de los vínculos de las comunidades y es un excelente medio para renovar los lazos amistosos entre los pueblos de la región e integrar a los recién llegados en la cultura tradicional de ésta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario