28 de julio de 2009

Aventura en Croacia - Por Rafael Calvete

Todo el mundo sabe que la costa de Croacia es famosa por el intenso azul de su mar Adriático y la impresionante claridad de sus aguas. Por ello, en los últimos años, este país se ha incorporado al circuito de los destinos europeos más visitados por todos los aficionados al mundo de la navegación y los deportes náuticos. Porque este país ofrece unas aguas azules y luminosas bañadas por el mar Adriático, una abundante vegetación, un clima templado, infinidad de calas solitarias con bonitas playas, además de pueblos y ciudades medievales repletas de gentes cordiales… Todo esto, y mucho más, es Croacia, llamada Hrvatska en su propia lengua, y aunque en esta ocasión nos centremos solo en el sur del país, estoy seguro que merecerá la pena visitarla.

Con 1.185 islas y más de 2.600 horas de sol al año, Croacia es un destino perfecto, tanto para disfrutar de su costa como para contemplar su herencia cultural, y aventurarse en sus múltiples parques nacionales, algunos de los cuales se encuentran en la costa. Es también un país ideal para practicar deportes de aventura, navegar por su costa e islas, y disfrutar de la gastronomía acompañada siempre por excelentes vinos de la tierra. En cuanto a sus playas y calas, decir que son algunos de los lugares más perfectos que uno pueda encontrar para descansar, ya que su belleza y el relax que nos ofrece solo la encontraremos aquí.

Pero, es la región del sur de Dalmacia, en los alrededores de Dubrovnik, donde aún existen multitud de islas de todos los tamaños, con pequeños pueblos pesqueros e impresionantes calas cerradas y abiertas al mar. Además, esta parte del país nos da la posibilidad de conocer a fondo a su gente, la mayoría de las cuales sigue manteniendo las viejas tradiciones y respetando el mar como la gran fuente de vida que es. Y, si todo esto nos sabe a poco, decir que el paisaje costero de Croacia es espectacular, con 6.000 kilómetros de costa, es el país de las "mil y una islas" ya que como sabemos hay más de un millar repartidas a lo largo de toda la costa.
Tal vez por esta razón hemos encontrado aquí un pequeño paraíso para la práctica del buceo en donde poder tener unas experiencias inolvidables, lo mismo que ocurre cuando navegamos por sus tranquilas aguas.

Pero la historia de Croacia nos recuerda también que después de varias guerras que pretendieron destruir sus ciudades, y un pasado de saqueos, bombardeos, divisiones y reagrupaciones territoriales, el país resucitó de sus cenizas como el Ave Fénix. Porque el espíritu de un pueblo, libre como el pensamiento, ni muere ni se doblega a voluntad de nadie. Y la belleza intacta de esta costa que tiene en el sur es el mejor ejemplo de ello. También la historia de la Costa Dálmata es, en pocas palabras, la historia de esos pequeños estados y de sus simpáticas ciudades amuralladas, a veces aliadas, otras enfrentadas entre sí, pero siempre con una clara vocación mediterránea, ya que todo ello es parte de la historia del país. Recordemos además que la región de Dalmacia ha sido desde siempre una tierra de navegantes que ha sabido buscar su expansión a través del comercio marítimo. Se dice que el famoso navegante y aventurero italiano del siglo XIII, Marco Polo, nació en la isla de Kórkula, y los propios korkulanos están muy orgullosos de ello, mal que pese a los italianos del Veneto ya que siempre han querido dar a entender que había nacido en Venecia.

El litoral de esta parte del sur de Croacia fue poblado en la antigüedad por ilirios procedentes de las montañas y luego por griegos, quienes pronto establecieron algunas colonias en lugares estratégicos, para finalmente formar parte el Imperio Romano. Más tarde, hacia el siglo VII, los croatas, un pueblo de origen eslavo, se establecieron en la costa adriática ocupando un territorio semejante al que conforma su estado actual. Durante varios siglos estuvo bajo influencia de la unión húngaro-croata que vivió su máximo esplendor bajo el reinado de Luis I de Anjou, a mediados del siglo XIV, para luego desmembrarse en diferentes zonas de influencia y finalmente aliarse durante varios siglos con Venecia hasta lograr su independencia. En aquel tiempo, la ciudad de Dubrovnik, capital de la región, que entonces se llamaba Ragusa, se convirtió en uno de los mayores centros marítimos del Mediterráneo. El comercio de la sal y de la plata, y la incesante actividad de sus astilleros constituían los pilares de la economía de esta región. Los habitantes de Dubrovnik eran consagrados constructores navales, hasta que su fama llegó a lugares tan lejanos como Argel, Palermo o incluso Lisboa. Pero habría que decir que en la actualidad, la ciudad de Dubrovnik, dañada durante la última guerra que vivió el país no hace mucho, es una perla en el Adriático, no solo por su belleza, ni por ser la urbe más visitada del país, sino por ofrecer todo aquello que el viajero siempre ha deseado encontrar. Una vieja ciudad que es fascinante tanto de día como de noche, y que está totalmente restaurada, no demasiado extensa, y casi toda fortificada... La calle mayor, Stradun, laatraviesa de un extremo a otro, para finalizar en la Plaza de la Logia, junto a la Torre del Reloj.

Tal vez por ello, y por muchas cosas más, la región de Dubrovnik es la más bonita e interesante del sur de Croacia, ideal para la práctica de la navegación por su costa como por entre las pequeñas islas que hay cercanas a ella. Así, algunos de los simpáticos y tranquilos puertecitos pesqueros y marinas que ofrece el sur del país, se han convertido en un epicentro para la mayoría de los lujosos yates de recreo que hasta aquí llegan. Como ya he comentado al principio, navegar por la costa sur de Croacia es una de las experiencias más bonitas que se puede llegar a tener ya que muchas de sus ciudades y pueblos cuentan con modernas instalaciones donde atracar nuestra embarcación, aunque en ocasiones es mejor fondear en alguna de sus tranquilas calas. Esto nos va a permitir movernos por esta zona del Adriático a nuestras anchas y visitar algunas de sus islas, bañarnos en sus tranquilas calas y visitar los pueblos pesqueros de los alrededores. Pero, sobre todo, poder dejar con total libertad nuestra embarcación a la hora de pensar en el baño, el buceo, o cuando queramos desplazarnos a tierra para degustar su rica gastronomía.

Si no contamos con embarcación propia, siempre podremos pensar en un programa de charter náutico ya que por mar es la mejor manera de conocer esta costa del Adriático y sus islas, y descubrir, en vivo y en directo, por qué recibe el nombre de ´paraíso náutico´. Además, alquilar un velero monocasco, un catamarán o una goleta, o cualquier tipo de yate a motor, nos va a dar la posibilidad de visitar ciudades tan interesantes como Dubrovnik, Cavtat, Zaton, Slano, Ston, y las islas de Mljet, Sipan, Lopud, Kolocep, entre otras muchas que existen en el sur de Croacia.

Un poco más al sur de Dubrovnik se encuentra Cavtat, un pequeño pueblo costero que es encantador y que está ubicado al fondo de la bahía de Zupa. Es uno de los primeros sitios al que la mayoría de los navegantes suelen acudir cuando llegan a este país para sellar la documentación aduanera. Tal vez porque se hace más rápidamente que en Dubrovnik, aunque tengamos que esperar nuestro turno en la pequeña bahía. El puerto en si ofrece muy pocos amarres, la mayoría ya están cogidos por los grandes yates de lujo, y también cuenta con una importante infraestructura hotelera. Esta pequeña ciudad se levantó sobre las ruinas del antiguo asentamiento romano de Epidaurum, el cualatrae a multitud de personas debido a su maravilloso entorno. Ofrece también playas tranquilas e interesantes monumentos, entre los que habría que destacan la Iglesia de los Franciscanos y varios monasterios con colecciones de arte. Además, es posible visitar la casa del famoso pintor croata Vlaho Bukovac. Asimismo será muy interesante hacer un recorrido sobre la antigua vía pecuaria que va desde esta ciudad hasta la vecina Cilipi.

Pero en cada rincón de Croacia y, sobre todo, en el sur de la costa Dálmata, es posible encontrar historias que le fascinarán a uno con las particularidades de un país mediterráneo. Las islas croatas son pequeños mundos paralelos aislados y cada una de ellas tiene su propia vida, su propio espíritu y su propio mensaje. Muy cerca de Dubrovnik se encuentra un grupo de islas que ya los antiguos griegos han llamado Elafiti (el ciervo de las islas), entre las que destacan Lokrunm, Lopud, Sipan, Mijet, Coloclp, etc., con hermosas calas y playas de arena fina donde poder zambullirnos, y tomar el sol. También existen pequeños pueblos de pescadores que merecen la pena, como es el caso de Ston y Mali Ston que se encuentran algo más alejadas de la capital y al fondo de una larga bahía donde solo hay atraque para media docena de barcos. Una vez en tierra la primera población que aparece es Ston, que alberga una gran muralla sobre la montaña y que conecta con la vecina Mali Ston a través de un sistema de muros fortificados y edificios construidos durante el siglo XIV para la defensa del ataque de los turcos. En la época de la República de Dubrovnik, los muros fueron renovados y construidos adicionalmente, con una extensión total que viene a medir aproximadamente 5,5 km. Esta muralla tenía nada menos que 40 torres y 7 fortalezas y por su monumentalidad y solidez fue denominada "la muralla china europea". Después de la caída de la República de Dubrovnik se inició el derrumbe de los muros y sus bloques de piedra fueron vendidos como material de construcción para escuelas y municipios. Hoy se pueden ver restos de 3 torres y partes de la imponente muralla, y no se debe perder la oportunidad de visitar sus viejas salinas, las más antiguas del Mediterráneo, así como probar las ostras, las almejas y los mejillones de Ston.

Y, ya que hablamos de gastronomía, decir que los platos principales de esta parte de Croacia son muy variados.

Las especialidades suelen ser el pescado, los crustáceos y los mariscos, que suelen prepararse al estilo buzara (con ajo, perejil y vino blanco), siempre habrá que acompañarlos de los ricos caldos croatas.

GUÍA VIAJERA
Croacia se extiende desde las estribaciones orientales de los Alpes, por el noroeste hasta la llanura de Panonia y el valle de Danubio al este. Su parte central la compone la cadena de los Alpes Dinámicos, mientras que al sur se asoma el litoral adriático. Los ciudadanos españoles solo necesitan el DNI, o pasaporte, para poder entrar en el país. Son varias las compañías aéreas que vuelan desde diferentes ciudades españolas hasta esta región del sur del país, como es el caso de Croatia Airlines, Iberia, Clik Air, etc., y la mayoría de ellas llegan hasta Dubrovnik. Se distinguen dos zonas climáticas: el clima es de tipo mediterráneo en la franja del litoral adriático, un clima muy agradable con muchos días de sol, veranos secos y calurosos, e inviernos templados y húmedos.

La temperatura media varía entre los 6º C y los 11º C, aunque en verano llegan a los 27º C. A la hora de pensar en las compras, hay que tener en cuenta que los ciudadanos extranjeros pueden solicitar la devolución del IVA a la salida del país en caso de haber realizado compras por un importe superior a 500 kunas y disponer del documento ¨Tax Free¨ sellado por el comercio donde se hicieron las compras. Las tarjetas de crédito son aceptadas en la mayoría de los hoteles, marinas, restaurantes y comercios.
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