30 de enero de 2010

Duvnjak conduce a Croacia a una nueva final

La selección de Croacia tendrá la oportunidad de tomarse la revancha de la derrota sufrida el pasado año ante Francia en el final del Mundial disputado en el país balcánico, tras imponerse (24-21) en las semifinales del Europeo a Polonia, en un encuentro que el joven Domagoj Duvnjak decantó para los croatas en la segunda mitad.
Disfrutar de una excelente generación de jugadores como con los que cuenta Polonia puede suponer para muchos entrenadores una carga pesada que soportar, pero no para Bogdan Wenta, que persigue con la fe del converso el título que nunca logró como jugador.

Por eso no extrañó a nadie ver al técnico polaco entonar antes del inicio del encuentro el himno nacional como el más enfervorizado de los aficionados.

Una liturgia con la que el ex jugador, entre otros, del Bidasoa y Barcelona, pretende conseguir que sus pupilos salten a la pista con la máxima intensidad posible.

Motivación que quedó patente en apenas unos minutos, los que tardó el cañonero Karol Bielecki, una de las piezas claves en los esquemas del conjunto eslavo, en conseguir el triple de goles que los que consiguió el pasado año en la semifinal del Mundial que enfrentó a estos dos mismos equipos en Zagreb y que concluyó con victoria balcánica (29-23)

Pero sí hay alguien capaz de jugar al antojo tanto con las emociones propias como con las ajenas ese el conjunto croata, que gracias al magisterio del central Ivano Balic, y pese a ir siempre a remolque en el tanteador, no se descolgó nunca del encuentro.

Y eso que los balcánicos, que apenas pueden contar con el concurso del renqueante Blazenko Lackovic, pierde muchísimos enteros en el lanzamiento exterior, todo lo contrario que Polonia que de la mano de los hermanos Lijewski, Michal Jurecki o el ya mencionado Bielecki anotó en la primera parte la mitad de sus goles desde más allá de los nueve metros.

Un bombardeo que se encargó de compensar Balic, que aunque apenas pudo contar con la colaboración de un gris Domagoj Duvnjak, se las ingenió con sus infinitos recursos para que Croacia llegara al descanso tan sólo un gol (9-10) en el marcador.

Desventaja que el joven Duvnjak, que por fin comenzó a demostrar porque este verano el Hamburgo pagó más de un millón de euros por su fichaje, se encargó de transformar con tres goles consecutivos en una renta favorable (12-10) para los balcánicos.

Una mala noticia para los polacos, que si el pasado año se dejaron cualquier opción de jugar la final del Mundial al encajar un parcial de 7-1 en los diez primeros minutos de la segunda mitad, hoy casi hicieron lo mismo con el 6-2 que Croacia le endosó en el arranque del segundo período.

Parcial que permitió a Croacia jugar como más le gusta, administrando una pequeña ventaja (15-12) y con la posibilidad de administrar a su antojo el reloj.

Pero Polonia, medalla de plata en el Mundial de Alemania 2007 y bronce en el de Croacia 2009, no estaba dispuesta a dejar escapar una nueva oportunidad, y de la mano del central Bartlomiej Jaszka, muy inteligente en los desdoblamientos, volvió a ajustar (17-16) de nuevo el tanteador.

Una igualdad que se encargó de romper, como no Duvnjak, con un gol, un robo de balón y una perfecta asistencia al pivote Igor Vori, que posibilitó a los de Lino Cervar entrar en los últimos diez minutos de partido con nuevamente tres goles (20-17) de renta.

Polonia necesitaba urgentemente una reacción, pero hoy Duvnjak, que en el segundo tiempo hizo honor a su sobrenombre de "Domagol", no estaba dispuesto a conceder ninguna nueva oportunidad a los eslavos.

Un conjunto polaco, que pese a que lo intentó todo, incluida una doble defensa individual sobre Duvnjak y Balic, deberá conformarse con quedarse por segundo año consecutivo a las puertas de la gran final, tras caer por (24-21) ante una Croacia que tendrá la posibilidad de desquitarse de la final perdida hace dos años ante Dinamarca en Noruega. EFE.

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