4 de mayo de 2010

El Parque Nacional Mljet – Los senderos de Sveti Pavao (San Pablo), Ulises y Cousteau

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Una de las islas más grandes del Adriático Sur, Mljet, es a simple vista una isla alargada y lisa, ubicada no lejos de Pelješac, Dubrovnik y Korčula. Se caracteriza por un clima mediterráneo, veranos secos y suaves, inviernos húmedos con cerca de 2.500 horas de sol al año.

El Parque Nacional Mljet comprende el tercio noroccidental, que hoy en día se extiende en 5.375 hectáreas de continente y el mar en derredor, ambos protegidos. Este territorio fue proclamado parque nacional en noviembre de 1960, y la parte marítima fue añadida en 1997 y representa el primer verdadero intento institucionalizado de protección de un ecosistema original en todo el mar Adriático.

El estatus de parque nacional lo obtuvo por su excepcional patrimonio histórico cultural que data desde los tiempos de las tribus ilirias, el Imperio Romano y la República de Dubrovnik; sin embargo, este nombramiento se lo merece esencialmente por sus lagos de agua “salada-dulce“, por su abundante flora y la inigualable vista panorámica a la tersa costa, acantilados, peñascos y numerosos islotes, y una rica y siempre verde vegetación alrededor de las colinas que se elevan bruscamente sobre el nivel del mar escondiendo numerosos campos rocosos y antiguos pueblos de piedra.

La orilla exterior, abierta al mar del sur, es empinada y llena de cuevas derruidas, mientras que la parte que da hacia el interior, por efecto del viento del norte, bura, es más llana siendo bastante más accesible. En esta parte encontramos también numerosas plantas endémicas de Dalmacia, a la cabeza con una belleza fuera de serie – la centaurea ragusina, protegida por ley.

En el suave paisaje cárstico, entrelazado por una densa red de pintorescos caminos “escondidos“ se encuentran dos peculiaridades interesantes y excepcionales de la naturaleza. Una es el típico hábitat cárstico subterráneo – las cavernas, cuevas y grutas, y la segunda son las cuatro peculiaridades de Mljet, “slatina“ (lago de sal) o “blatina“ (lago de barro), en nuestras islas rara vez aparecen lagos de agua salobre con una profundidad al nivel del mar, en el cual el agua desaparece, es decir, se comunica con el mar.

Asimismo es fascinante el sistema de los lagos salados, un fenómeno geológico y oceanográfico único en territorio cárstico, importante no sólo en nuestro país sino también a nivel mundial. El lago Veliko Jezero tiene una superficie de 145 hectáreas y una profundidad de 46 metros y el lago Malo Jezero tiene una superficie de 24 hectáreas y una profundidad de hasta 29 metros, que con su hermosura, pero también con sus numerosos secretos aún por descubrir atrae ya décadas a los amantes de la naturaleza, pero también a otros curiosos, en su mayoría turistas que les gusta la naturaleza virgen.

Desde el mar abierto, así, por el casi imperceptible estrecho, el mar se adentra en el cuerpo de la isla creando el primer lago Veliko Jezero, y luego a través de un pequeño canal, el lago Malo Jezero. Aunque ambos, por lo tanto, son creados con agua de mar, por el paisaje pareciera que son lagos siendo así llamados por los habitantes.

En el medio del lago Veliko Jezero se encuentra otra atracción natural, histórico culturo y turística – la pintoresca isla Sveta Marija (Santa María) con la otrora iglesia y monasterio benedictino que datan del siglo XII. La pequeña isla por su especial ambiente estético y las fuertes dimensiones culturo-espirituales es el símbolo de la isla y del Parque Nacional Mljet. En la población hoy en día es más conocida con el nombre de Melita, cuyo nombre también le fue dado al hotel y al restaurante, que recientemente fue instalado en el antiguo edificio del monasterio.

Hay atracciones majestuosas incluso fuera de las fronteras del parque nacional – en la parte sur-central de la costa de Mljet se encuentra el fenómeno geomorfológico Jama – una cavidad cárstica cuyo techo se ha desplomado luciendo en verdad como una caverna o un ancho pozo. En su profundidad está el mar porque Jama es un túnel natural que se une con el mar abierto. Al borde del túnel se encuentran “aparcadas“ algunas lanchas pesqueras cuyos dueños son los habitantes del cercano Babino Polje, la población más grande en Mljet. Por su baja bóveda se puede navegar sólo en buenas condiciones climáticas, y lo mismo vale para los paseos turísticos a Jama desde el mar. Es interesante para muchos, porque se supone que justo aquí estuvo Ulises, luego del naufragio en los peñascos de la isla de Ogigia, siete años con pena y nostalgia por el hogar y por Penélope, observaba el mar abierto, y la hermosa ninfa Calipso, hija del dios Poseidón, aún más triste lo observaba a él.

La isla de Mljet se caracteriza por sus hermosos y desarrollados bosques silvestres autóctonos, que hasta hace poco cubrían gran parte de la superficie de la costa mediterránea, y hoy en día es muy raro donde se conserve en su forma original. Por la exuberante vegetación de la isla, en especial la tercera parte que fue proclamada parque nacional, se ganó Mljet incluso en la época antigua el atributo de “la isla verde“. Por eso es que aquí hoy en día crecen cinco tipos diferentes de bosques seguramente gracias a los monjes benedictinos quienes siendo por siglos los señores feudales de Mljet se preocuparon por él, hasta finales del siglo XVIII cuando fue totalmente prohibido cualquier tipo de asentamiento humano en su parte occidental, justo aquella que hoy en día forma la mayor parte del parque nacional.

Los restos de los bosques mediterráneos antiguos, los bosques originales de roble y encina, hoy en día sin embargo se encuentran presentes sólo en forma fragmentaria, y están mejor conservados como bosques de vegetación baja (maquia) en la zona de Velika Dolina. En otros territorios este bosque ha sido parcialmente sustituido por malezas, acebuches, olivares salvajes, algarrobos, pinos, jardines rocosos y extensos bosques de pinos carrasco de rápido crecimiento que con el tiempo ha tomado supremacía sobre los especies de plantas de diferente sensibilidad. Además del bosque, biológicamente es especialmente importante otro tipo de hábitat: las dunas costeras, los acantilados escarpados y elevados de la costa así como también los del interior de la isla, y la vegetación de los peñascos costeros.

El agua de Mljet, incluso en la actualidad es conocida como un territorio vivo oceanográfico, alguna vez fue el hábitat favorito del oso mediterráneo. El famoso oceanógrafo francés Jacques Cousteau buceando hace unos cuarenta años por el fondo marino alrededor de la isla aseveró que aquella agua era una de las más limpias del mundo.

Una visita al Parque Nacional de Mljet es posible por la ruta marítima desde Dubrovnik y numerosos barcos turísticos desde Korčula, Hvar y Split, que en su mayoría atracan en el puerto Pomena. Las poblaciones Polače y Pomena están conectadas con los lagos por senderos.

Una estadía agradable se logra bañándose en el mar, tomando el sol y paseando por los senderos alrededor del lago y hasta la cima del Montokuc, que con buen tiempo, ofrece una hermosa vista a todo el parque nacional, así como también a Pelješac y al mar abierto hasta Korčula.

Oficina de Turismo de la Provincia Dubrovačko-Neretvanska

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