21 de octubre de 2010

Inmigración Croata en Argentina


¿Quiénes llegaron?
Quienes llegaron de Croacia entre los años 1857 y 1918 llevaban pasaportes en los que figuraban como austríacos o austrohúngaros. Lo mismo sucedió con los húngaros, eslovenos, y montenegrinos ya que al igual que Croacia, estas naciones pertenecían al imperio Austro Húngaro.
Los pasaportes que ingresaron desde 1918 en adelante provenientes de Croacia llevaron la leyenda
yugoslavo o italiano. Y aún los que llegaron como apátridas amparados por la Cruz Roja - en la inmediata posguerra – fueron anotados como yugoslavos porque las leyes argentinas no registran diferencia entre ciudadanía y nacionalidad; diferencia que sí existe en Europa. Esto genera dificultades al momento de precisar las cifras de esta colectividad en el país.
Marko Sinovcic estimó que los croatas eran un 45 % de los llamados austrohúngaros, un 70 % de los que vinieron de Yugoslavia entre las dos guerras, y un 50 % de los llamados yugoslavos después de la Segunda Guerra. Con estas cifras, en 1970, Sinovcic calculó que en la Argentina vivían unas 60.000 personas nacidas en Croacia.

La inmigración en tres etapas
La inmigración croata en la Argentina puede dividirse en tres etapas históricas. La primera va desde la llegada de los primeros croatas hasta la Primera Guerra Mundial. La segunda abarca el período entre ambas Guerras Mundiales, y la tercera se extiende desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días. Si bien la primera y segunda etapa pueden considerarse como inmigraciones económicas, y la tercera una inmigración política, las tres tienen como denominador común la lucha por la libertad frente al sojuzgamiento ejercido por distintos poderes, haya sido éste el imperio austro-húngaro, la monarquía serbia o el régimen comunista yugoslavo.

La afluencia de croatas al Río de la Plata comenzó a ser importante a partir de 1870 y se incrementó en el siglo XX con los que llegaron después de la Segunda Guerra Mundial.

La vida de los croatas en las costas del adriático estaba estrechamente ligada a los puertos y el vaivén marítimo. No es casual entonces que además de numerosas ciudades costeras de nuestro país, los croatas asentados en nuestra Ciudad lo hayan hecho gran parte de ellos en el puerto de La Boca.

¿A qué se dedicaron?
En cuanto los trabajos, se desempeñaron en actividades tan diversas como la construcción de ferrocarriles y en la construcción del Aeropuerto de Ezeiza. Fue masiva su presencia en el frigorífico Swift. En las tejedurías, que fueron una constante en la ocupación de los llegados en la segunda posguerra, Ivo Rojnica tuvo un éxito internacional con sus Pulloverfin e Ivolana. No menos importante es la labor de la señora Music, cuyas manos bordaron los manteles para los altares de las iglesias no sólo croatas sino también para templos locales de San Telmo.

En la tipografía también era factible encontrar inmigrados o descendientes croatas. Octavio Hornos Paz, durante décadas secretario del diario La Nación, recordó cuando en los 50’ los tipógrafos estaban en huelga se decía: “Llamemos a los croatas”. Los croatas no estaban agremiados y cubrían la urgencia del diario.

Luego de la Segunda Guerra Mundial llegaron al país más de 20.000 refugiados políticos. De éstos, un alto porcentaje tenía estudios avanzados, pero el desconocimiento del español obligó a muchos al trabajo físico: algunos fueron empleados en la construcción del Aeropuerto de Ezeiza, la Avenida General Paz y en otras obras durante la presidencia de Perón.

En este grupo, encontramos también ingenieros de bosques, como Josip Balen, Ivica Frkovic – que había sido ministro de Bosques y Minería en Croacia – los hermanos Hranilovic, Jure Petrak, Ivica Asancaic, Luka Poduje y Casimir Uhrin. Y los hubo especialistas en genética agropecuaria, como Josip José Crnko, Ante Turica y Jure Devcic, todos ellos con muchas investigaciones y publicaciones y de importante actuación en el INTA y el INTI; Marcel Bakarcic en el Delta; Stjepan Horvat en el Instituto Geodésico Militar. En el campo de la ingeniería química hubo muchos, como Tomislav Kopsic, Nikola Matijevic y el académico de Letras Dinko Cvitanovic. Lucas Kraglievich fue un destacado paleontólogo, discípulo de Florentino Ameghino y continuador de su obra.

Este grupo de exiliados se caracterizó por ser, en general, de una preparación intelectual y profesional considerable que pronto los distinguió de los descendientes de inmigrantes más antiguos ya asentados en la Argentina a comienzos del siglo, por razones económicas. Los motivos de su exilio los reunieron en actividades relacionadas con lo cultural, lo religioso y lo político.

Barrios, calles, plazas y monumentos
En la memoria urbana de Buenos Aires, los croatas marcaron su presencia en la plazoleta República de Croacia, espacio verde interno sobre Av. Valentín Alsina entre Av. De los Ombúes y Olleros, en cercanía de la estación Lisandro de la Torre. El espacio adquirió esta denominación por ordenanza del Consejo Deliberante de la Ciudad de Agosto de 1997. En 1998, lo colectividad realizó la donación de una estatua de bronce del escultor Josip Turkalj, denominada "Madre Inmigrante Croata", de 1,78 mts. de altura que consta de una placa alusiva de mármol en la cual se lee la siguiente inscripción: "Madre Inmigrante Croata" Escultor: Josip Turkalj. Homenaje a la Ciudad de Buenos Aires, de la República de Croacia, 1998.

Además de este esfuerzo comunitario de la colectividad croata, persisten construcciones de imponente belleza de las primeras décadas del siglo XX, fruto de emprendimientos privados de muchos inmigrantes croatas. Los edificios Bencich y Mihanovich anteriormente mencionados son el ejemplo más visible, a la vez que son testimonio del progreso alcanzado por estos inmigrantes y del valor arquitectónico y urbanístico que aportaron a nuestra Ciudad.

Fuente: Observatorio de Colectividades.
- Monumentos y Obras de Arte en el Espacio Público. Colección cuadernos educativos. Comisión de Preservación del Patrimonio Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. Diciembre, 2001.
- Las calles de Buenos Aires. Sus nombres desde la fundación hasta nuestros días. Alberto Gabriel Piñeiro. Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. Secretaría de Cultura, Gobierno de Buenos Aires. 2005.
- Barrios, calles y plazas de la Ciudad de Buenos Aires. Origen y razón de sus nombres. Alberto Gabriel Piñeiro. Patrimonio e Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. Secretaria de Cultura, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
- Memorias de Inmigrantes I. Dirección General de Relaciones Institucionales. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
- Buenos Aires, ciudad secreta. Germinal Nogués. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 2003.
- “Todo es Historia, En la Escuela” Suplemento de Ciencias Sociales para docentes de EGB y Polimodal. Suplemento Nº4, abril del 2000.
- Verlichak, Carmen. “Los croatas de la Argentina”. Ed. Krivodol Press. Buenos Aires, primera edición 2004.
- “Revista Studia Croática” del Instituto Croata Latinoamericano de Cultura de Buenos Aires.
- “Revista Experiencia Croata”.
- Ciernan, Sergio. “La vuelta de un Bencih”. Página 12. 27-10-2007
- Misetich, Laura. “Entre Zagreb y Jerusalén. Prácticas y memorias de la diáspora”. Laura Misetich y Alejandro Dujovne CEA, Centro de Estudios Avanzados, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. 2003.
- Entrevista con el Mter. Joza Vrljicak, director de la revista Studia Croática.
- Coro “Kapla BA”

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