22 de octubre de 2010

Personalidades croata en Argentina


Personalidades
Esta colectividad ha legado a la historia de nuestra Ciudad, figuras como el historiador José Luis Busaniche, el constructor Santiago Buratovich, el corredor de autos Carlos Marinkovich, el arzobispo Estanislao Karlic y familias empresariales como los Bencich, que levantaron grandes edificios en Buenos Aires, o los Mihanovich, famosos en el negocio naviero.

También era de ascendencia croata el médico y político Oscar Ivanissevich, quien fue médico destacado y
en dos oportunidades se desempeñó como Ministro de Educación de la Nación. Oscar Ivanissevich fue también medico de María Eva Duarte de Perón, y se cuenta que tuvo un incidente con ella cuando cumplió con el doloroso deber de diagnosticarle la enfermedad que finalmente le resultó.

El Mayor Santiago Buratovich nació en Vrbanj, en una familia que se dedicaba a la construcción, y ese fue un oficio que Santiago continuó ejerciendo cuando marchó a Egipto a construir el canal de Suez. Ya en Argentina, Buratovich tendió las líneas telegráficas del joven Estado argentino. En 1876, en tiempos de la presidencia de Nicolás Avellaneda, el ministro de guerra, Adolfo Alsina, le asignó el cargo de Jefe Instructor del Telégrafo Nacional. Además de los ramales del telégrafo, construyó líneas de tranvías en Paraná y San Nicolás, proyectó las primeras líneas del Ferrocarril de Santa Fé, y ramales ferroviarios de Sauce a San José y Montevideo, y el puerto de Sauce, en la República Oriental del Uruguay.

En lo que se llamó conquista del desierto, fue construyendo numerosos fortines desde Bahía Blanca hacia el sur, entre otros, Arroyo Seco, Pescado y Vanguardia.

Fue sucesivamente distinguido con un Diploma al mérito por los Presidentes Carlos Pellegrini en 1880 y Julio A. Roca en 1882. A fines de 1860, antes de cumplir 25 años, se incorporó al ejército argentino.

Monseñor Estanislao Karlic es un hijo de familia croata que ha tenido una reconocida labor en la Iglesia en la Argentina y en el mundo. No en vano, el papa Juan Pablo II lo eligió en 1987 como uno de los redactores del Catecismo de la Iglesia Católica, una de las obras salientes de su largo pontificado. Fue también uno de los secretarios de una asamblea especial del Sínodo Mundial de Obispos, que Juan Pablo II convocó en Roma para tratar los temas que conciernen a la Iglesia en América. La Conferencia Episcopal Argentina eligió a Karlic presidente en 1996 y lo reeligió en 1999, cargo que ocupó hasta 2002. En 2004, la Universidad Católica Argentina (UCA) lo nombró doctor honoris causa.

Se destaca también el aporte de misioneros religiosos croatas -vicentinos y franciscanos que llegaban a prestar asistencia espiritual a tantos croatas alejados de su tierra natal. Cabe mencionar la obra de un grupo de religiosas -Hijas de la Misericordia- que vinieron en 1936 y prestaron asistencia en el Hospital para Ciegos de San Martín, en Buenos Aires

Los Mihanovich
A la Argentina llegaron los dos hermanos Mihanovich, Nicolás y Miguel. Con casi 19 años Nicolás cruzó el Atlántico como tripulante de la fragata inglesa City of Sydney y llegó a Montevideo en 1867. En aquel entonces Paraguay se encontraba en Guerra con la Triple Alianza (Argentina, Brasil, y Uruguay) por lo que el joven inmigrante se dedicó a comprar, vender y transportar provisiones por el Alto Paraná en un pequeño bote, lo que le permitió comprarse un modesto buque.

Mihanovich empezó a crecer hasta que en siete años se convirtió en armador con tres remolcadores: el Buenos Aires, el Kate y el Jeny, asociado por un tiempo con otros dos compatriotas: Jerónimo Zuanich y Octavio Cosulich. Con el tiempo la legendaria firma Nicolás Mihanovich y Cia. llegaría a tener trescientos cincuenta barcos, entre ellos los vapores Sol Argentino, el Montana, el Satélite, el Enriqueta, el vapor Toro, de 500 toneladas, y luego añadiría el Watergeus de 1500 toneladas, el Dalmacia, de 500 toneladas y el Austria de 1000.

Miguel Mihanovich, si bien cultivó un perfil más intelectual, también se dedicó a los negocios de la navegación a través de la compañía de navegación La Sud Atlántica, que hacía viajes de cabotaje al sur.

Tanto Nicolás como Miguel fueron reconocidos por su hombría de bien y su generosidad para con sus empleados y entidades que incluían a sus connacionales.

“Don Nicolás” se hizo acreedor de muchas distinciones. El emperador Austro Húngaro Francisco José, lo designó cónsul honorario y le otorgó el título de Barón. También fue condecorado por los soberanos de Inglaterra y de Rusia. El rey de España le confirió la Cruz de Segunda Clase de la Orden del Mérito Naval y la Encomienda de la Orden de Alfonso XIII.

Miguel formó parte de los directorios del Patronato de la Infancia, Liga Argentina contra la Tuberculosis, Sociedad de Educación Industrial, de la Institución Mitre, del Centro Naval, del Club Yugoslavo, etc. También donó importantes sumas a su aldea natal, Doli y otras vecinas, para el mejoramiento cultural, económico y sanitario de las mismas.

Movido por el interés de aumentar el movimiento de sus barcos, Nicolás Mihanovich creó el centro turístico más lujoso de Sudamérica en Colonia del Sacramento. Éste contaba con casino, corridas de toros en una plaza de estilo morisca, y un enorme frontón de pelota vasca con graderías. El hotel se encontraba dotado de todo cuanto exigía la belle époque y fue visitado con asiduidad por la clase alta porteña. En la actualidad pueden realizarse excursiones al lugar y contemplar los restos del visionario emprendimiento.

En la Ciudad de Buenos Aires, Nicolás Mihanovich se inmortalizó a través del Palace Hotel, inaugurado en 1906, y la Torre Mihanovich de 1929. El primero es un espléndido edificio ubicado en las calles 25 de Mayo, Presidente Perón y Leandro N. Alem, obra del arquitecto Carlo Morra, que mereció el premio municipal de arquitectura en el año en su inauguración. En la esquina de Presidente Perón, una torre cuadrangular permitía observar las maniobras de los barcos de la compañía en el puerto. En 1929, la gran depresión se llevó consigo al Palace Hotel. El edificio pasa a ser propiedad del Banco Hipotecario en 1932 y posteriormente, en el año 1968, el edificio es otorgado a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. La Torre Mihanovich, situada en Arroyo 845, fue construida en el año en que murió Don Nicolás, y fue durante mucho tiempo el edificio más alto de la Ciudad. Recientemente se ha convertido en el Hotel Sofitel.

Los Bencich
Miguel y Massimiliano Bencich fueron dos destacados constructores que concretaron ambiciosos proyectos en el centro de la Ciudad, algunos para su propia explotación y otros por encargo de prestigiosas compañías o arquitectos.

Una de estas propiedades que se caracterizan por su sello arquitectónico es el Edificio Bencich, en Diagonal Norte al 600, en la intersección con Florida y Bartolomé Mitre, frente a la sede del Bank Boston. Allá por 1928, este edificio de Miguel Bencich fue un avanzado de la época y orgullo de los transeúntes porteños. La calidad de las maderas de sus numerosas puertas, los zócalos de mármol veteado de sus interminables pasillos y las más de doscientas lámparas de bronce que conserva todavía hoy, remiten a la más refinada opulencia de la época.

Pintura

Muchos son los descendientes de croatas que enriquecieron con su aporte las artes plásticas en Argentina. Algunos de ellos, vinieron en carácter de exiliados durante la dictadura de Tito. De este grupo podemos nombrar a Zivko Zic, un talentoso autodidacta que interpreta el paisaje pampeano; Jose Crnobori, que a través de un suave y armónico cromatismo refleja notablemente el influjo de la escuela de Zagreb y Gustavo Likan, otro conocido paisajista y retratista croata de excelente técnica y profundos conocimientos.

Aparte de los artistas plásticos en el exilio cabe destacar aquí la acusada personalidad de tendencia modernista del ceramista croata Sime Pelicaric, quien recibió en 1959 el primer premio de cerámica de la Municipalidad de Buenos Aires. Sus numerosas exposiciones, realizadas en las capitales sudamericanas y en Nueva York fueron objeto de elogiosas críticas.

Maria Vrljicak también ha alcanzado trascendencia internacional con su obra artística. Esta descendiente de croatas, estudió Decoración y Diseño de Interiores y Arquitectura en Buenos Aires. Ha viajado extensamente y vivido en diversos países: Sudáfrica, Estados Unidos, Bélgica, Turquía y el Reino Unido, y hace poco en Chile. Todos han sido de gran inspiración para su trabajo, principalmente las viejas ciudades, las ruinas, lugares con mucha historia y sitios arqueológicos.

Traducción
Una de las actividades culturales más importantes de la comunidad croata en Argentina y que constituye un notable aporte a la literatura fue la traducción. Tutavac, por ejemplo, tradujo al croata el Martín Fierro. En el mismo ámbito se destacaron Vinko Nikolic, que tradujo a Alfonsina Storni, Marko Sinovcic y Milivoj Telecan, que si bien sólo estuvo de visita en Buenos Aires, tradujo a uno de sus principales exponente, Jorge Luis Borges.

La Dactiloscopía
Ivan (Juan) Vučetić, nacido en la isla de Hvar en 1858, llegó a la Argentina en 1884. Trabajó en la policía de la ciudad de La Plata. Con dedicación y paciencia llegó al original descubrimiento en dactiloscopia por el cual pudo elaborar el sistema de identificación de las personas sobre la base de las huellas dactilares, sistema hoy usado en todo el mundo. Fue miembro de la Academia Francesa de Historia Internacional y del Instituto de Antropología de París. En su honor la provincia de Buenos Aires le ha dado su nombre, Juan Vucetich, a la escuela de Policía. Murió en la Argentina en 1925.

El Capitán de Navío Guillermo J. Nunes, Jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, le había encargado a Vucetich la organización de una Oficina de Identificación Antropométrica; le entregó una revista que contenía un estudio sobre las impresiones digitales y le sugirió que tal vez él podría instituir un sistema por medio de estos dibujos.

Aquella publicación era la Revieu Scientifique del 2 de mayo de 1891 y el artículo se refería a los trabajos que dejó Truncos Francis Galton. Sabiendo que el método empleado, hasta la fecha, era el Bertillonage, Vucetich lo adoptó para instalar y organizar el Gabinete Técnico Policial que se le encargara. Pero al aproximarse al tema de las estrías papilares de los dedos, comenzó a dedicarse intensamente a su estudio.

El intenso estudio que efectuó, tomando como base lo ideado por Francis Galton, lo llevó a corroborar las ideas de aquel, es decir que los dibujos papilares podían ser clasificados por grupos. Al mismo tiempo que dirigía la Oficina de Identificación Antropométrica, Vucetich acumuló gran cantidad de impresiones digitales, iniciando el servicio de identificación personal por medio de las impresiones digitales, en 1891. Además inventó los elementos necesarios para captar lo más perfectamente posible los dibujos dactilares de los dedos de ambas manos y puso en práctica todo cuanto fue necesario para sistematizar el método.

El nuevo procedimiento de reconocimiento, que llamó "Icnofalangometría" o "Método galtoneano", estaba compuesto por 101 tipos de huellas digitales que él mismo había clasificado sobre la base de la incompleta taxonomía de Galton.

La historia no termina allí. Después de intensas investigaciones llegó a establecer que en las figuras dactilares sólo son cuatro las formas fundamentales que se repiten insistentemente: había encontrado la clasificación fundamental y así creado el Sistema Dactiloscópico Argentino.

A cada uno de estas cuatro conformaciones las llamó: A-1; I-2; E-3 y V-4 denominaciones que se adoptarían luego a nivel mundial.

Los aciertos en la investigación policial, mediante el sencillo y eficiente método dactiloscópico de Vucetich, impulsaron al gobierno a generalizar el procedimiento de filiación: a principios de siglo se extendieron las primeras cédulas de identidad en nuestro país y el método argentino -muy superior científicamente a los usados hasta entonces- se difundió por todo el mundo como técnica identificatoria.

Fuente: Observatorio de Colectividades.
- Monumentos y Obras de Arte en el Espacio Público. Colección cuadernos educativos. Comisión de Preservación del Patrimonio Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. Diciembre, 2001.
- Las calles de Buenos Aires. Sus nombres desde la fundación hasta nuestros días. Alberto Gabriel Piñeiro. Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. Secretaría de Cultura, Gobierno de Buenos Aires. 2005.
- Barrios, calles y plazas de la Ciudad de Buenos Aires. Origen y razón de sus nombres. Alberto Gabriel Piñeiro. Patrimonio e Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. Secretaria de Cultura, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
- Memorias de Inmigrantes I. Dirección General de Relaciones Institucionales. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
- Buenos Aires, ciudad secreta. Germinal Nogués. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 2003.
- “Todo es Historia, En la Escuela” Suplemento de Ciencias Sociales para docentes de EGB y Polimodal. Suplemento Nº4, abril del 2000.
- Verlichak, Carmen. “Los croatas de la Argentina”. Ed. Krivodol Press. Buenos Aires, primera edición 2004.
- “Revista Studia Croática” del Instituto Croata Latinoamericano de Cultura de Buenos Aires.
- “Revista Experiencia Croata”.
- Ciernan, Sergio. “La vuelta de un Bencih”. Página 12. 27-10-2007
- Misetich, Laura. “Entre Zagreb y Jerusalén. Prácticas y memorias de la diáspora”. Laura Misetich y Alejandro Dujovne CEA, Centro de Estudios Avanzados, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. 2003.
- Entrevista con el Mter. Joza Vrljicak, director de la revista Studia Croática.
- Coro “Kapla BA”

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