El Adviento es la época durante el año litúrgico de la preparación para la Navidad. En el catolicismo el Adviento comienza cuatro semanas antes de la Navidad y termina el día 24 de diciembre, en Nochebuena.
Esta época de Adviento a muchos nos recuerda a nuestra infancia, pero no sólo es la dulce nostalgia, es también la esperanza de un principio nuevo y mejor.
El Adviento es el momento de la expectación, de la vigilia, de la preparación para la Navidad.
Numerosas tradiciones populares croatas relacionadas con el Adviento hablan sobre las particularidades del entorno y la época en la que han nacido, pero a la vez sobre su pertenecía al entorno cultural europeo. Con el deseo de conmemorar el nacimiento de Jesús Cristo de una manera digna y bonita, los preparativos para la Navidad duraban semanas. Se rezaba, se hacía ayuno, pero también se disfrutaba de la familia y de los amigos, con alegría y diversión. Se pedía la abundancia y se auguraba el futuro. La gente reunida, cantando y danzando, iba a la primera misa de la mañana, a la misa del alba, y ya para el día de Santa Barbara se empezaba a felicitar.
El día de San Nicolás se regalaba fruta a los niños, y si se hubieran portado mal, se les asustaba con ramitas secas o con el sonido de las cadenas del Diablo, mientras que en la noche de Santa Lucía, las chicas jóvenes intentaban adivinar por sus sueños con que chico se iban a casar.
El antiguo y tradicional regalo navideño croata era una manzana adornada llamada “božićnica”, y la ofrecían los chicos a las chicas.
Una de las costumbres que se ha mantenido hasta hoy en día, es la costumbre de sembrar trigo navideño, como símbolo de la renovación de la vida y de la fertilidad. Se siembra en el día de Santa Bárbara o Santa Lucía, es el símbolo católico de la vida y se preparan los adornos con flores, ramas u hojas para la casa y la mesa. Mientras que en las ciudades se ha mantenido la costumbre de sembrar trigo, en los pueblos ha desaparecido prácticamente la costumbre de introducir un tronco grande en casa que se echaba al fuego y ardía durante toda la noche (se llamaba “badnjak”) y de esparcir paja debajo de la mesa antes de la cena de Nochebuena.
El árbol de Navidad se adorna en Croacia desde el año 1850 y es interesante mencionar que los primeros árboles de Navidad eran de hoja caduca. El árbol se adornaba con manzanas, naranjas, ciruelas y peras, nueces y almendras pintadas de dorado, dulces de azúcar y papel o figuritas de cristal si se tenía. En la zona costera, la costumbre era que los niños adornasen el hogar con las ramas de salvia, hiedra o pino y esta ornamentación con el verde simboliza la fuerza de la vida en contraposición a la apagada naturaleza invernal. El árbol de Navidad y, en algunos lugares, las ramas verdes son un símbolo muy destacado de la Navidad.
Hoy tenemos árboles adornados en las plazas públicas y enfrente de las instituciones públicas. En casas particulares, es el lugar de reunión de toda la familia y donde se intercambian los regalos en Nochebuena o Navidad. El belén, colocado justo debajo del árbol, hace alusión directa al acontecimiento que se celebra, la noche del nacimiento de Jesús.
LA CORONA DE ADVIENTO
Al principio de la época de Adviento se elabora y pone en el centro de la mesa una corona, el símbolo de expectación de la Navidad.
La corona de Adviento es una corona de ramitas de plantas coníferas con cuatro velas. Cada domingo se enciende una vela más. El pino en la corona simboliza la inmortalidad, el laurel simboliza la victoria sobre el pecado y el sufrimiento y el cedro - la fuerza y la curación de todas las enfermedades. Las hojas del pino recuerdan a la corona de espinas, y es que según la tradición inglesa, la corona de espinas de Jesús fue hecha justo de esta planta. A veces se pone en la corona también una rama de romero, ya que según la leyenda, es la planta que protegía a la Virgen María en su viaje hasta Egipto. La elaboración de las coronas es una antigua costumbre, anterior al cristianismo. Las velas de las coronas las encendían también los pueblos germanos, para alejar el frío en las heladas noches de diciembre, mientras que en los países escandinavos se encendían las velas haciendo “el círculo en la tierra”, con la que pedían la pronta llegada de primavera y de los días largos y cálidos.
La primera corona de Adviento moderna apareció en el orfanato “Das Rahe Haus” (“La Casa Raída”) de Hamburgo en el año 1838. Un joven educador y pastor evangélico Johann Hinrich Wichern (1808 – 1881) reunió a 1883 niños abandonados de las calles y les ofreció un nuevo hogar en una vieja casa. Cada año en la época de Adviento organizaba jornadas de rezos con sus protegidos. Escribió en su diario que en el año 1838 intentaba encontrar una manera de hacer está época más bonita para los niños, y se le ocurrió que desde el día 1 de diciembre encenderían una vela cada día al empezar a rezar. Alrededor del año 1851, los protegidos de Wichern empezaron a adornar la corona de madera con ramas coníferas. Después de la Primera Guerra Mundial, los católicos empezaron a elaborar la corona de Adviento también.
Las cuatro velas en la corona representan las cuatro semanas de Adviento y lo más común es que sean tres velas moradas y una de color rosa.
El primer domingo – vela morada – la vela de la esperanza y expectación – la creación.
El segundo domingo - vela morada – la vela de la paz, con el mensaje de conciliación para todo el mundo – la encarnación.
El tercer domingo – la vela rosa – la vela de la alegría y la felicidad – la redención.
El cuarto domingo - vela morada – la vela del amor – el final.
También existe la costumbre de poner una quinta vela en la corona, de color blanco, es la vela de Cristo.
Junto con la liturgia de Adviento, durante la cual las misas del alba tienen un encanto especial, los feligreses rezan con sus familias. Todos los días se reza “Padre Nuestro” alrededor de la corona con la única iluminación de las velas. Después la familia lee textos sobre Adviento de la Biblia. Así mediante el rezo y la lectura de las escrituras sagradas durante el Adviento, los miembros de la familia crecen con la esperanza de convertirse en la luz de Cristo en esta vida.
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