México, 6 Ene. (Notimex).- Como un hombre con una personalidad llena de ideales, obsesiones y trastornos es descrito el científico e inventor Nikola Tesla, fallecido el 7 de enero de 1943, por Margaret Cheney en su libro biográfico sobre el genio croata.
De acuerdo con un artículo aparecido el 2 de enero pasado en el diario español "El país", en el volumen titulado "El genio al que le robaron la luz"", que aparecerá a la venta el día 24 de este mes, la autora lo recuerda como uno de los inventores más importantes de la historia, maltratado por gente como Thomas Alva Edison.
El libro desvela la personalidad del olvidado creador de los generadores de corriente alterna, el hombre al que tantas veces copiaron y robaron sus ideas.
A Tesla se le atribuye la invención de la corriente alterna, la transmisión de energía inalámbrica, entre poco más 800 descubrimientos, además de ser el precursor de los circuitos básicos, que hoy se utilizan para la construcción de computadoras.
Hijo de padres serbios, Tesla nació el 10 de julio de 1856 en la provincia de Lika, perteneciente al Imperio Austro-Húngaro, lo que hoy se conoce como Croacia.
Con el talento del padre y el ingenio de su madre, comenzó su educación en casa y posteriormente asistió a una escuela en Carldstadt, Croacia, donde destacó por ser un excelente estudiante.
Un día el estudioso joven vio un grabado de las cataratas del Niágara. En su imaginación apareció una gran rueda que giraba con el impulso de las aguas de la poderosa cascada, y algunos años más tarde lo hizo realidad.
Abandonó su Croacia natal y se marchó a Austria, en cuya Escuela Politécnica de Graz estudió ingeniería y pudo observar uno de los prodigios de la nueva era: un flamante motor de corriente continua, al que eliminó las escobillas para crea más tarde el motor polifásico de corriente alterna.
Para ello, Tesla se trasladó a Budapest, donde se empleó en una subsidiaria de la compañía telefónica de Edison, debido a que su familia carecía de los recursos para costear su enseñanza académica.
En su momento, el investigador partió rumbo a Estados Unidos para pedir el apoyo de Thomas Alba Edison en su descubrimiento del motor polifásico de corriente alterna.
Edison le dijo que era extremadamente peligrosa, que jamás podría ser utilizada para iluminar ciudades o para hacer funcionar motores.
Sin embargo, había algo diferente en Tesla que llevó a Edison a contratarle para mejorar los dínamos y motores en sus plantas de generación de corriente continua.
Varios meses después, Tesla anunció que había terminado su trabajo, lo que sorprendió a Edison; no obstante, más tarde lo dejó y recibió el apoyo de algunos inversionistas en el desarrollo de todos los componentes del sistema de generación y transmisión de energía eléctrica con corriente alterna, que es utilizado actualmente.
Tras ello, el connotado ingeniero se dedicó a explorar la electricidad de alta frecuencia, inspirado por los descubrimientos del inglés Maxwell y del alemán Hertz.
Inventó la famosa bobina Tesla, que aún hoy se utiliza en los equipos electrónicos y que convierte la corriente continua de baja tensión en energía alterna de voltaje muy alto. Con las altas frecuencias desarrolló algunas de los primeras iluminaciones fluorescentes y de neón.
Tesla fue el primero en observar los rayos catódicos, los rayos X, las radiaciones ultravioletas y en estudiar los efectos terapéuticos de las corrientes de alta frecuencia sobre el cuerpo humano.
Sin embargo, estos descubrimientos palidecieron comparados con el que realizó en 1890, cuando iluminó un tubo vacío sin cable alguno, al transmitir la energía por el aire.
Ese descubrimiento fue toda una obsesión en la vida de Tesla: la transmisión de energía inalámbrica.
En 1897, registró su propia patente de la radio, la cual le fue concedida en 1900. Empero, la oficina del ramo de Estados Unidos sorpresivamente dio marcha atrás a sus decisiones previas y otorgó al también científico Guglielmo Marconi una cédula por la invención del radiotrasmisor.
Fue hasta 1943, unos cuantos meses después de la muerte del inventor, cuando la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos reconoció la patente de la radio de Tesla, por una razón egoísta.
Tesla ideó aparatos para capturar la energía del viento y de las mareas; creó métodos para canalizar la energía geotérmica y para convertir la luz del sol en electricidad, así como inventó el velocímetro de los automóviles.
Fue precursor de los circuitos básicos de las computadoras actuales, y en su laboratorio de Colorado construyó un gigantesco transmisor para demostrar que la Tierra podía usarse como conductor eléctrico.
Hoy se sabe que fue la primera persona en detectar las ondas de radio del espacio, pero en aquel tiempo la radioastronomía no estaba desarrollada, además de predecir que la energía del átomo podría ser utilizada con fines bélicos.
En 1912 rechazó ser nominado para el Premio Nobel de Física porque, según dijo, la academia sueca tendría que habérselo otorgado tres años antes, en 1909, en lugar de Marconi.
Durante la Primera Guerra Mundial (1914-18), el gobierno estadounidense necesitaba detectar los submarinos alemanes y Tesla propuso emplear la energía de ondas, lo que hoy se conoce como radar.
Sin embargo, tuvieron que pasar 25 años para que este aparato fuera inventado, basado en los principios establecidos por el genial científico croata.
Tesla recibió en 1917 la Medalla Edison, el más alto honor otorgado por el Instituto Estadounidense de Ingenieros Eléctricos.
No obstante, su sistema nervioso decayó y sufrió un colapso físico total. Murió el 7 de enero de 1943 en extrema pobreza, pero interiormente satisfecho.
El inventor logró conseguir más de 800 patentes, aunque gran parte de sus notas y aparatos de sus laboratorios aún son secreto de estado. Entre sus documentos se encontraba el principio del rayo láser, así como los planos de un avión de despegue vertical, que no pudo construir por falta de recursos económicos.
Fuente: Mundo Hispano de KSL
8 de enero de 2010
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