28 de febrero de 2014

Zagreb, una leyenda medieval


Aunque a primera vista resulta poco cautivadora hay que rendirse a sus encantos. No en vano, nos encontramos en una vieja ciudad centroeuropea con un rico patrimonio. Situada en el corazón mismo de importantes rutas entre la costa adriática y Europa central, es una importante ciudad de historia, cultura, arte y entretenimiento.

Zagreb es una ciudad a la que tratamos injustamente. La razón es muy sencilla: los principales encantos
turísticos de Croacia los encontramos en la costa, en el mar Adriático. Allí nos esperan Dubrovnik, Pula… y un maravilloso rosario de islas idílicas que en los últimos tiempos están atrayendo la atención del turismo mundial. Pero no deberíamos olvidarnos de Zagreb, la flamante capital de la República de Croacia. Esta vieja ciudad centroeuropea, situada en el corazón mismo de importantes rutas entre la costa adriática y Europa central, es una importante ciudad de cultura, arte y entretenimiento.

Efectivamente, Zagreb posee un particular y rico patrimonio cultural que vale la pena descubrir. Pero hay que hacerlo poco a poco y remontarse atrás en el tiempo para entender bien esta ciudad. El Zagreb de hoy surgió de la fusión de dos poblaciones medievales, Kaptol y Grade, ambas separadas por el río Medvescak. Hoy aquella frontera natural ha pasado a ser la concurrida calle Tkalciceva, donde se encuentran la mayoría de terrazas y cafés de la ciudad. El primer rastro escrito de la ciudad data de 1094 cuando se fundó en Kaptol un obispado, mientras que la población vecina de Gradec fue proclamada en 1242 reino independiente. Los restos de las murallas que circundaban ambas poblaciones aún se conservan hoy.

La reconstrucción barroca de la ciudad en los siglos XVII y XVIII cambia la fisonomía de Gradec y Kaptol. La ciudad sobrepasa sus lindes medievales, se echan abajo las viejas casas de madera y se erigen opulentos palacetes, conventos e iglesias. Al mismo tiempo, se construyen los primeros parques y casas de campo. Zagreb se confirma como el centro administrativo, económico y cultural de la Croacia de entonces. En 1850 su desarrollo se incrementa más con la unificación de Kaptol y Gradec en una ciudad única: Zagreb.

Dos ciudades en una
Como todas las grandes ciudades europeas medievales, en Zagreb puede distinguirse dos ciudades en una: la Ciudad Baja y la Ciudad Alta. Hoy en día, el centro urbano o en la Ciudad Baja destaca por la gran concentración de construcciones del periodo de transición del siglo XIX al siglo XX. Así es, partiendo de la Estación Central de Trenes hacia el centro de la ciudad se van sucediendo las majestuosas edificaciones de la Ciudad Baja. La primera de ellas es la propia Estación, con su característica y bella fachada.

Más adelante se encuentra una de las visitas más recomendables de la ciudad, el edificio del Pabellón Artístico, y justo enfrente un gran parque vigilado por la atenta mirada del monumento al primer rey croata, Tomislav, el cual reinó en el siglo X. La verdad es que Zagreb es hoy una ciudad hecha a la medida del hombre. Es cómoda y puede fácilmente visitarse a pie. Todas las grandes atracciones turísticas se encuentran en la Ciudad Baja y en la Ciudad Alta. Es aquí donde se localizan sus palacios, iglesias, museos… Claro que también puede idearse una ruta en tranvía.

Con una tradición que se remonta al siglo XIX, el tranvía de Zagreb es el principal medio de transporte de la ciudad. Llega a todos los rincones importantes de la ciudad. Quienes no gustan de caminar tienen a su disposición el antiguo funicular que conecta la Ciudad Baja con la Ciudad Alta, así como un teleférico que los llevará hasta la cumbre de la montaña Medvednica, desde donde se obtiene una bella panorámica de la ciudad. Este verde monte se extiende hasta la misma Ciudad Alta y pasando por ella, hasta el corazón de la ciudad, la plaza de Josip Jelacic.

Paz y tranquilidad medievales
En el casco básicamente medieval de la Ciudad Alta se respira paz y tranquilidad. Aquí se puede disfrutar de románticas y estrechas callejas hasta las que se puede llegar a través de sólo dos angostas puertas. La más conocida es la Puerta de Piedra, un importante lugar votivo ya que se puede honrar la milagrosa imagen de la Virgen María. En el siglo XVIII sufrió un incendio terrible. Milagrosamente sobrevivió y se mantuvo indemne el cuadro de la Virgen María que se salvó de la quema. Después de aquello, la Virgen de la Puerta de Piedra se ha erigido en la protectora de la ciudad y su fiesta mayor, el 31 de mayo, es el Día de la Ciudad.

En la Ciudad Alta destaca la catedral de San Esteban, que con sus 105 metros de altura es el edificio religioso más alto de todo el país. Se comenzó a construir en el siglo XI aunque ha sido modificada varias veces, obteniendo su actual aspecto a finales del siglo XIX. En la plaza que hay justo enfrente de la catedral destaca la espectacular escultura de la Virgen María. Las otras iglesias de la Ciudad Alta son la de San Marcos (siglo XIV), célebre por su ornamentado techo con los escudos de Croacia y Zagreb, y la iglesia jesuita de Santa Catalina.

Pero no todo son iglesias, palacios y plazas. Si le gustan los museos Zagreb le encantará. Hay más de 30. La mayoría están en la Ciudad Baja. No se pierda el Museo Arqueológico donde podrá admirar objetos del periodo del Imperio Romano y departamentos especializados de Prehistoria, del Mundo Antiguo y de la Edad Media. Es perfecto para acabar de digerir esta hermosa ciudad, que tras haber conseguido la independencia en 1991 (recordemos que formaba parte de la extinta Yugoslavia) entra en el siglo XXI como una moderna ciudad de un millón de habitantes.

Extraído de Ocho Leguas

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